jueves, 31 de enero de 2019

El nacionalismo chauvinista

Lo que tengo que decir respecto al chauvinismo ya criticado

Hoy voy a pasar a analizar el nacionalismo chauvinista como ya se ha criticado en otra entrada del blog contraponiéndolo con los valores humanistas, he de empezar antes que nada y en rigor analítico formal, con la formulación de lo que queremos decir con nacionalismo chauvinista. Existen multiples definiciones como la de Wikipedia “Preferencia excesiva por todo lo nacional con desprecio de lo extranjero.” Pero la verdadera razón del patriotismo chauvinista que hemos de analizar es mucho más visceral de lo que esta definición puede llegar a hacernos creer, es por tanto necesario que la definición de estos procesos sea, en primer lugar, clara y exacta además de lo suficientemente precisa y visceral como para dejarnos entrever todo el carácter anti-humanista que tiene esta pseudo-religión, he de decir que la definición que mejor exhibe el carácter desalmado de esta doctrina es la propuesta por Mijail Bakunin “Se podría definir el patriotismo natural así: es una adhesión instintiva, maquinal y completamente desnuda de critica a las costumbres de existencia colectivamente tomadas y hereditarias o tradicionales, y una hostilidad también instintiva y maquinal contra toda otra manera de vivir. Es el amor de los suyos y de lo suyo y el odio a todo lo que tiene un carácter extranjero. El patriotismo es un egoísmo colectivo, por una parte, y, por la otra, la guerra.” Huelga aclarar que nociones tales como “egoísmo colectivo” son licencias meramente poéticas, hemos de conceder ciertos caracteres de esta doctrina como partes de la naturaleza humana, aunque no en forma de determinismo biológico debido a que nuestras capacidades biológicas, así como nuestra propia naturaleza nos permiten una capacidad analítica y reflexiva por lo que está en el marco de nuestras posibilidades naturales el ser humanista es posible, pero sí como una disposición intuitiva a lo gregario, el espíritu colectivo en forma nacional se forma debido a que nuestra neurología favorece el altruismo y el mantenerse intuitivamente dentro de las capacidades de la masa así como también, una vez definido el grupo, repudiar a los contrarios a este de forma cuasi-automática como bien señaló Damasio Antonio en su libro “en busca de Spinoza”. Es por tanto que una vez formada la noción de un pueblo que se mantiene en un lugar privilegiado por alimentos escasos como en la agricultura que se forman, siguiendo leyes bien conocidas de la psicología, las nociones de “ellos” y “nosotros” en una lucha que se podría catalogar como cuasi-dialéctica, se propicia un odio explícito a todo lo que no forme parte del grupo dado del individuo que es fomentado a posteriori por la endoculturación, o sea, el pase de normas culturales de padres a hijos. Existen, por tanto, condiciones neurológicas y psicológicas además de antropológicas y culturales, satisfechas para la emergencia del chauvinismo y el odio a las demás culturas además de la guerra como fenómeno no propio de la psicología humana sino cultural.
Una vez analizados los fenómenos que dieron cuenta al patriotismo chauvinista hemos de afirmar que este no ha sido universal en todos los momentos históricos de nuestra civilización, posteriormente a la formación de la Iglesia católica el grupo de referencia se volvió el catolicismo mismo y la noción de nación ni siquiera se planteaba, es por tanto ridículo considerar este fenómeno como único e inmutable sino más bien como una consecuencia del inicio de procesos de agricultura intensiva en algunos casos como por el proceso de pérdida de influencia de la Iglesia católica y la formación de los estados que necesitaban formas de cohesionar a el pueblo para mantenerse unidos, está lejos de ser un hecho universal propio a todo tipo de culturas, así que el argumento naturalista no puede ser utilizado con propiedad, tampoco la noción de que el ser humano, al ser intuitivamente gregario, deba separar de su propio grupo a alguien y por ende odiarlo, debido a que los humanos (todos ellos, no es algo propio de las elites privilegiadas, es una cuestión de educación) pueden ser educados en una forma humanística de respeto hacia las personas apelando tanto a su emoción e intuitividad (debido a que el grupo “humano” sigue manteniendo el pasaje altruista y gregario) como a su capacidad de razón, el mero hecho de que existan cartas de derechos humanos que rijan todo el mundo occidentalizado demuestra que es posible este cambio, además que la influencia de la cultura es grande se sabe también que las escuelas suelen fomentar el nacionalismo mediante el engaño de los problemas interesantes de las ciencias sociales como el ateísmo y la mentira en la historia dejando muy bien parados a los próceres propios como se puede ver en los casos de como las culturas chilenas y argentinas ven la importancia de la figura de San Martín en la liberación de Chile, la influencia de la escuela en el pensamiento y como esta suele favorecer la miopía en los problemas sociales es aplicada en “introducción a la antropología cultural” de Marvin Harris, de hecho, la escolaridad es la primera forma de convencimiento ideológico (o debería decir, represión) de forma indirecta sin uso de la coacción sobre todo en lo relacionado a los problemas sociales, en relación a los problemas físicos, matemáticos, biológicos y químicos suelen ser mucho más realistas como se ha demostrado en los libros ya citados.
Ya hemos definido los posibles detonantes iniciales y de contorno del patriotismo chauvinista y su correspondiente lugar en el mundo, el cual no es innato ni universal a toda cultura por lo que puede ser superado, hemos de pasar, finalmente a la crítica ética de este nacional-chauvinismo, nacionalismo negativo o nacionalismo vulgar. Habré de empezar por donde lo dejé antes, esta doctrina es incompatible con el humanismo y por ende resulta perjudicial a el grueso de la humanidad en el corto plazo además de que en el largo plazo resulta perjudicial para el propio pueblo, principalmente debido a que los problemas generales de la humanidad del orden calentamiento global, contaminación y regulación de empresas, problemas médicos generales además de que la economía en sí misma al actuar de forma sistémica debe ser encarada como un proceso en el cual deben intervenir y regular varios países, ni hablar de las posibles consecuencias de este pensamiento animal en la cultura que podría desencadenar guerras ridículas y absurdas en pos del irracionalismo, causando así, miles o millones de muertes. Este tipo de absurdo niega la solidaridad e igualdad humana, no es por tanto difícil notar que la mayoría de sus adeptos y defensores por lo general se suelen considerar primero patriotas y luego humanos además de que usualmente suele importarles más bien poco si el inmigrante es un refugiado de guerra que ha sido humillado y expulsado de su nación de origen ¡Debe ser expulsado por su condición de inmigrante! Y ay de ti si llegas a tener la más mínima empatía con el otro porque serás un marxista cultural, un degenerador de la raza o de la patria (depende de con qué tipo de imbécil estés lidiando) debido a que defiendes al enemigo, sin importar que este inmigrante esté diez veces más capacitado que el patriota o que se vea en incapacidad de volver a su lugar natal debido a una guerra inmisericorde, el patriota busca destronarlo, y a todos nosotros con el mínimo necesario de buena voluntad y empatía como para delegarle un pedazo de nuestra tierra a un pequeño ser sintiente que está doblegado por causas tan grotescas como la guerra, se dice de nosotros que favorecemos a los inmigrantes que hacen daño a otras personas ¡Jamás hemos defendido el ultraje ni el ataque a otros seres humanos y todo aquel que lo realice deberá recibir las sanciones pertinentes! Pero la noción de que dichas sanciones deben ser impuestas post hoc debido a que nuestro inmigrante X pertenece a ese demográfico ignorando su propia historia individual es, esencialmente, una ridiculez sin sentido. Tampoco favorecemos la inmigración sin limitación ni restricción debido a que eso es peligroso y la desregulación puede causar problemas mucho mayores, así como el exceso de inmigrantes puede causar problemas de otras índoles con los gobiernos de sus países, no somos desregulacionistas, sino únicamente defensores de que el ser humano inmigrante merece el trato correspondiente a sus propias acciones y su propia situación particular y no a una crítica post hoc de su demográfico, es ridículo considerar esa situación. Otra de las consideraciones que cabe hacer es respecto al chauvinismo cultural, el cual, además de ser totalmente autoritario con la misma cultura propia, es burdamente ignorante de la misma al punto de desconocer una regla tan sencilla como la difusión cultural como parte esencial de toda cultura, los occidentales más que nadie debemos reconocer toda la influencia oriental (para bien o para mal) que posee nuestra cultura como bien podría ser la religión cristiana en sí como ya se ha señalado en previas entradas. Es, por ende, insostenible el buscar el aislamiento de la cultura propia a distintas otras, y teniendo en cuenta el orden sistémico y progresivo de nuestras ciencias, los avances científicos realizados en otras partes al no ser compartidos con nosotros nos llevarían al atraso cultural y a la pseudociencia, sin mencionar que la filosofía y el arte propio de una cultura se nutren del de otras, no se puede ignorar el arte extranjero como se debe fomentar el propio que muestre los problemas propios de nuestras culturas, es por ende fácilmente demostrable que el aislamiento y la a-difusión provoca el ahogamiento y estancamiento de la cultura, siendo así y una vez más el chauvinismo una escopeta de caricatura que acaba disparándole en la cara a quien la usa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La implicación material no engloba la causalidad

Dentro de la mayoría de mentalidades científicas se encuentran ciertas ideas no muy corroboradas ni puestas en duda, ya sean debido a su amb...